La tecnología solo moviliza si conecta con los sentimientos

Wired (revista mensual estadounidense que trata de reflejar la manera en que la tecnología afecta a la cultura, a la educación, a la economía y a la política) publica en su versión electrónica, el Sábado 19 octubre 2019 “Catalonia has created a new kind of online activism. Everyone should pay attention” (Laurie Clarke, 2019).

Han pasado “únicamente” 15 años, cuando el 13 de marzo del 2004, ante el vacío informativo sobe los atentados terroristas de Madrid, se produjo la denominada “tarde de los móviles”, que acabo con manifestaciones en la sede del Partido Popular en la calle Génova.  Se hizo famoso el mensaje enviado por SMS, que consiguió reunir a miles de personas: «¿Aznar de rositas? ¿Le llaman jornada de reflexión y Urdaci trabaja? Hoy 13-M, a las 18 h. sede PP C/Génova, 13” En aquel momento se especuló con grupos organizados.  Nada mas lejos de la realidad.  Una red de personas que se organiza, entonces a través de SMS

Howard Rheingold desarrollo el concepto multitudes inteligentes. Las multitudes inteligentes son grupos de personas que emprenden movilizaciones colectivas gracias a que las nuevas tecnologías posibilitan otra forma de organización, a una escala nunca vista, entre personas que hasta ahora no se podían coordinar. Las multitudes inteligentes están formadas por personas capaces de actuar conjuntamente, aunque no se conozcan.  Se comportan de manera eficiente debido al crecimiento exponencial de enlaces en la red. Esta red de enlaces permite a las personas conectarse con la información y con otras personas, formándose de esta manera una coordinación social.

El siguiente hito importante en nuestro país, en cuanto a coordinación de masas, es el 15-M.  Posiblemente el primer caso de utilización a gran escala de utilización de las redes sociales para coordinar ciudadanos al margen de organizaciones formalmente constituidas.  El estudio sobre el “15M en las redes sociales” realizado mediante una colaboración entre el Instituto Universitario de Investigación en Biocomputación y Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza y la empresa Cierzo Development, analiza el período entre el 25 de abril y el 26 de mayo de 2011.  Esta investigación llega a la conclusión de que se trató de un movimiento espontáneo no manipulado, que siguió un proceso de difusión y de crecimiento viral.

En aquel momento se realizo una utilización intensiva de las nuevas tecnologías: Una página web, Facebook, YouTube, un servicio de documentación, archivo fotográfico, documentos colaborativos y wikis, mapas de las acampadas, sistemas para recoger  votaciones, canal de televisión, radio por Internet, peticiones de colaboración en Actuable y Twitter como la herramienta para retransmitir lo que ocurría en directo, día a día, hora a hora, no sólo para conocer qué sucedía, si no para saber qué se sentía, qué se vivía, cuál era la visión subjetiva de los participantes en las marchas, manifestaciones, asambleas y acampadas.

Se cuenta con una red social N-1, creada para cubrir la necesidad de estar en contacto y coordinar tareas de los grupos de trabajo y asambleas surgidas en las acampadas de Sol y de otras ciudades como Valencia y Barcelona, y que fue extendiéndose poco a poco a todos los barrios, pueblos, ciudades de España y probablemente de todo el mundo.  El movimiento 15M es un ejemplo de cómo utilizar en toda su amplitud las redes sociales y la inteligencia colectiva. 

Hoy nos encontramos con las protestas del procés y el “Tsunami Democràtic”.  Aunque todavía es pronto para saber quién está detrás, el Tsunami parece iniciativa nacida de un grupo de personas con trayectoria activista en el independentismo de izquierdas y los movimientos sociales.  Según la información de El Diario de 15 de octubre de 2019No fueron mucho más de media docena las personas que, a principios del pasado verano, comenzaron a pensar en lo que hoy es el Tsunami Democràtic,…

Aunque estaba preparada antes de la sentencia del procés, en muy poco tiempo han logrado un gran número de seguidores. Tanto en su página Web (cerrada por orden judicial), en Twitter actualmente cuenta con más de 188,000 seguidores, y en Telegram, ha acumulado más de 330,000 suscriptores.

Pero tienen otro punto de diferencia con respecto a otros movimientos: una nueva aplicación para coordinar las actividades de protesta.  Una APP que puede ser ejecutada en los Smartphone y que, según los informes, alrededor de 300,000 personas han descargado desde el lunes 14 de octubre.

La aplicación es una plataforma de comunicación diseñada para organizar y movilizar a los manifestantes de manera segura y eficiente, empleando tecnologías de geolocalización.  Además, los usuarios solo pueden acceder a ella a través de un código QR de alguien que ya es miembro de la red.  Cada persona que se une recibe diez códigos QR para invitar a otros.  Un paso adelante en las formas virtuales de comunicación. SMS, redes sociales, App, …

Pero, si es tan fácil, ¿lo pude hacer cualquiera? Existe un factor olvidado, sin el cual ningún movimiento puede tener éxito: sintonizar con el estado de ánimo, con las emociones, con los sentimientos de los ciudadanos. La tecnología solo moviliza si conecta con los sentimientos.  En cada uno de estos tres ejemplos vemos como enlazan con un sentimiento de parte de la ciudadanía.  Es cierto, que la tecnología puede ser decisiva, pero como plantea Castells “Internet es un instrumento que desarrolla, pero no cambia los comportamientos, sino que los comportamientos se apropian de Internet y, por tanto, se amplifican y se potencian a partir de lo que son” (Castells, 2001)[1].  Las tecnologías no han despertado por sí solas conciencias dormidas, ni han activado a alguien desmovilizado, han jugado un papel muy importante, pero no se puede ver en ellas el origen.  La tecnología únicamente activa a los que ya eran activos y estaban sensibilizados en términos políticos o de participación (García, 2011)[2].  Sin esa conexión con los intereses de los ciudadanos, toda es utilización de redes y app hubiera quedado en nada.


[1]CASTELLS, MANUEL: “Sociedad red”.  Alianza Editorial 2006

[2]GARCIA DE MADARIAGA, JOSE MARIA: “15M y competencia digital: ni Web 2.0 ni Web 3.0 sino todo lo contrario” Documento PDF

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